Comentaba mi compañero Víctor, tras unos días en reclusión, en su artículo Maldita falta de concentración, la imposibilidad de concentrarse para leer o escribir.
Tras un mes de reclusión en nuestras casas con la familia, un mes de cierre de la persiana en la librería, un mes de un arduo trabajo administrativo destinado a no perder lo que habíamos logrado, yo me siendo igual, desconcentrada.
Aquí encerrada, en mi casa, tengo abiertos miles de canales de comunicación y con esos miles hablo simultáneamente. Cualquier actividad que comienzo sistemáticamente se encuentra interrumpida por un mensaje de whatsapp, de correo o de las múltiples redes sociales de las que participamos.
Solo al final del día, cuando todo se tranquiliza, mi cerebro se desfragmenta y funciona como una unidad y es, en ese momento, cuando puedo sentarme a leer.
No creo ser la única que participa de esta sensación de frenética e inmóvil actividad. El hecho de que los siete días se sucedan sin solución de continuidad y no notes la diferencia entre un lunes y un jueves, hace más descorazonador el proceso, pues ni las rutinas se muestran validas cuando no hay nada que las rompa.
Estuve recordando nuestro primer encuentro en el Hotel Butique Adolfo cuando nos reunimos por primera vez y en el rato que pasamos todas juntas hablando, mientras tomábamos un delicioso aperitivo y en la quedada que habíamos planeado para volvernos a ver este mes de abril y hablar de literatura romántica, todas juntas. Y llegué a la conclusión de que me negaba a que con tanta tecnología a nuestro servicio, no pudiéramos vernos y tomarnos otro vino y hablar y hablar de nuestros libros, así que: os invito a que este domingo día 19 de abril a las 12 de la mañana nos volvamos a reunir en nuestro Club de Lectura del Salón de Té, para no perder el contacto, para no perdernos entre tanta tragedia y para que en nuestra semana al menos exista el Domingo.
En el siguiente vídeo podéis disfrutar de cómo ha sido la II Sesión: El club del salón del té – Hojablanca
Elvira de Hojablanca y las escritoras Marisa Sicilia y Ava Cleyton, se han reunido online en la II sesión del El club del salón del té, para hablar de la situación actual y de cómo están llevando el confinamiento y como les ha afectado a su rutina, de próximos proyectos y actuales, para que la cultura no pare.