Cuatro razones para leer “Matar un ruiseñor”
La más importante, la que de verdad importa en esto de la lectura, es que disfruté leyendo el libro de esa forma que ocurre sólo de vez en cuando: paladeando cada página nervioso por llegar a la siguiente y rumiando la historia en mi cabeza muchas semanas después de terminarlo. Pero como supongo que esa razón es subjetiva y no vale como argumento, les doy las otras tres.
La segunda tiene que ver con la historia que cuenta. Harper Lee dibuja a lo largo de 350 páginas las contradicciones cotidianas de un pueblecito ficticio, Maycomb, en el sur de los Estados Unidos en unos años 30 en los que la segregación racial era tan común como el dichoso bizcocho de arándanos. Y digo dibuja, porque el elenco de personajes que nos regala, su detalle y su evolución, podrían ilustrar perfectamente un libro de antropología americana de principios del siglo XX. Atticus Finch ha conseguido lugar propio en la literatura; pero su hija Scout, que hace las veces de narradora; su amigo Dill, reflejo de un famoso amigo de Lee; el acusado, Tom Robinson o la maravillosa Calpurnia, no desmerecen en absoluto y construyen una obra maestra que debiera leerse en los Institutos o la Universidad por muchas más razones que su calidad.
La tercera: Harper Lee. Fascinante. Una autora con espacio propio en la literatura universal con una sola obra, nacida en Monroeville, en Alabama (que bien podía haber sido Maycomb), que jugaba de niña en su calle con ¡¡Truman Capote!! y que tardó 55 años en publicar su segundo libro, que en realidad era un borrador que escribió antes de “Matar un ruiseñor” ¿De verdad se necesita algo más para que ese nosequé que se nos enciende a los lectores compulsivos se ponga al rojo?
Todo, al margen de la osadía de Harper Lee de escribir y publicar un libro sobre segregación, prejuicios y racismo en el sur de EE.UU. en esos convulsos años 60 llenos de cambios, violencia y persecuciones raciales.
La cuarta razón es personal e íntima, y tiene que ver con la biblioteca de la casa de verano de mis abuelos y lo que tardé en descubrir que tenía allí, a la vista, a mi alcance durante tantos años, una primera edición (en español) de “Matar un Ruiseñor”.
Valió la espera. Se lo aseguro.
Javi Mateo.
Os dejamos con un fragmento del libro «Matar a un ruiseñor«, narrado por nuestro gran amigo. Javi Mateo
Sinopsis:
Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis acertarles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor.
Este es el consejo que da a sus hijos un abogado que está defendiendo al verdadero ruiseñor del clásico de Harper Lee: un hombre de color acusado de violar a una joven blanca. Desde la mirada de Jem y Scout Finch, Harper Lee explora con humor y una honestidad insobornable la actitud irracional que en cuestiones de raza y clase social tenían los adultos del Sur profundo en los años treinta. La conciencia de una ciudad impregnada de prejuicios, violencia e hipocresía se enfrenta con la fortaleza y el heroísmo silencioso de un hombre que lucha por la justicia.
‘Matar a un ruiseñor‘, audaz en la creación de una voz ingenua pero perspicaz, tan ocurrente como insolente, es también la novela de la formación de una niña tempera-mental y muy singular, movida por la aspiración de ser mejor y comprender a los otros. Los alegatos de Atticus ante el juez y el jurado, su valor, su aplomo, impregnan el libro, pero la corriente que sacude en todo momento a los lectores la conduce Scout, la chiquilla vestida de cualquier manera, sin coquetería, a la que le gusta leer, saber, escuchar.
Conoce un poco más a Harper Lee
Nació en un pueblecito del sur de Estados Unidos, Monroville (Alabama) el 28 de abril de 1926.
Trabajaba en un departamento de servicio de aereolíneas y tan sólo escribió 2 obras:
- Matar a un ruiseñor (1960)
- Ve y pon un centinela (2015)
A pesar de que vivió retirada en su localidad y que no concedía entrevistas, a los 81 años, recibió de manos del presidente George W. Bush la «Medalla Presidencial de la Libertad», para lo que viajó a Washington para recibir en La Casa Blanca, la mencionada «medalla».
Su segunda obra «Ve y pon un centinela» es una secuela de su primera obra «Matar a un ruiseñor» que se publicaría 55 años después.
Harper Lee no tuvo descendencia directa, ni siquiera estuvo casada y nos dejó mientras dormía a los 89 años de edad el 19 de febrero de 2016.
O si lo prefieres, también tenemos disponible la versión gráfica de «Matar a un ruiseñor»